El
Real Valle de Guriezo ha contado desde la Edad Media con una notable
industria ferrera. La producción abastecía las factorías de Marrón
y también era exportada por tierra a Castilla, a través de
Valmaseda, y por vía marítima, desde el embarcadero de Oriñón. La
forja fue durante siglos una actividad de gran arraigo en
Cantabria, llegando incluso a contar con un "fuero de los
herreros" dictado por el rey Alfonso XI. Estos ingenios
hidráulicos asentados en las riberas de los ríos permitieron el
desarrollo de sectores como el naval.
La ferrería de La Yseca es considerada la más antigua de Cantabria. Su origen parece remontarse al siglo XIII. En 1609 aparece documentada como propiedad de Diego Marroquín de la Iseca. Se trata de un edificio de planta rectangular, con fragua y naves para el mazo y los barquines, separadas por cuatro carboneras. Se conserva el mecanismo necesario para hacer funcionar el ingenio hidráulico, restos de hornos de calcinación y la correspondiente presa en el río Agüera. La actividad ferrera requería carbón vegetal; en los montes circundantes es posible localizar los vestigios de las carboneras centenarias. También en Guriezo, concretamente en Agúera, se conservan las ruínas de otra ferrería.
La ferrería de La Yseca forma un complejo con la Casona de los Marroquín, en un entorno boscoso en el que podemos conocer encinas o tejos con varios siglos a sus espaldas. Actualmente es complicado realizar una visita, el lugar no cuenta siquiera con un cartel que indique la existencia de la ferrería, pese a tratarse de una muestra patrimonial de primer orden. Citamos además el hecho llamativo de que en Guriezo en la década de los 2000 se hayan demolido dos torres medievales que han sido sustituídas por urbanizaciones (que pasan a denominarse "La Torre"). Pese a lo dicho, una visita recomendable y una interesante y valiosa muestra de patrimonio cultural.
La ferrería de La Yseca es considerada la más antigua de Cantabria. Su origen parece remontarse al siglo XIII. En 1609 aparece documentada como propiedad de Diego Marroquín de la Iseca. Se trata de un edificio de planta rectangular, con fragua y naves para el mazo y los barquines, separadas por cuatro carboneras. Se conserva el mecanismo necesario para hacer funcionar el ingenio hidráulico, restos de hornos de calcinación y la correspondiente presa en el río Agüera. La actividad ferrera requería carbón vegetal; en los montes circundantes es posible localizar los vestigios de las carboneras centenarias. También en Guriezo, concretamente en Agúera, se conservan las ruínas de otra ferrería.
La ferrería de La Yseca forma un complejo con la Casona de los Marroquín, en un entorno boscoso en el que podemos conocer encinas o tejos con varios siglos a sus espaldas. Actualmente es complicado realizar una visita, el lugar no cuenta siquiera con un cartel que indique la existencia de la ferrería, pese a tratarse de una muestra patrimonial de primer orden. Citamos además el hecho llamativo de que en Guriezo en la década de los 2000 se hayan demolido dos torres medievales que han sido sustituídas por urbanizaciones (que pasan a denominarse "La Torre"). Pese a lo dicho, una visita recomendable y una interesante y valiosa muestra de patrimonio cultural.
Llego a tu blog a través de Germán de fauna compacta, me a recomendado la visita y a valido la pena. Me a parecido lo que vi interesante y educativo. Un abrazo.
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