autor : López Campillo 22 jul 2013

Castro indígena prerromano, campamento romano, ocupación medieval que incluía una ermita que se perdió en el siglo XIX y fortificación atrincherada durante la Guerra Civil. Los cuatro momentos de la historia se dan cita en las dos cimas del Monte Ornedo, Valdeolea. Un rompecabezas para la arqueología y un yacimiento fundamental para entender las Guerras Cántabras (lo cual no ha impedido que en los últimos años maquinaria financiada por los cántabros del siglo XXI, gracias a la encomiable labor del gobierno regional, haya arrasado gran parte de la superficie del yacimiento).



Estimación de las estructuras de la cima oriental del Monte Ornedo. En gris, defensas atribuídas a la Edad Media. En rojo las que parecen definir la fortificación planteada por los romanos. En naranja, "otras estructuras". (Fuente:: Castros y Castra en Cantabria, VV.AA, Acanto, 2010).



Recreación del Castro de Santa Marina. (Fuente: Diario Montañés). La infografía recoge la posible extensión de 19 ha que llegó a tener este oppidum cántabro, el más extenso de los conocidos en esta tierra.



Fosos excavados en el terreno y parapetos de tierra (contrafosos) que se alzaban con el material extraído de los fosos. Santa Marina conserva un foso doble bien visible. Cada uno de los terraplenes debió alcanzar una altura de cuatro metros y quedaban rematados por estacadas. Se identifican como parte de las defensas levantadas por los romanos una vez tomado el poblado indígena cántabro.


El corte en este terraplén hace visible las técnicas de fortificación romanas.


Tachuelas de sandalia de legionario romano halladas en el Castro de Santa Marina (también en el Castro de las Rabas y el Campamento del Pedrón, ambos en Cervatos, así como en Retortillo).


Clavijas de las tiendas de campaña legionarias. Las dos situadas a la derecha fueron halladas en el castro que nos ocupa. Las otras dos corresponden al Campamento romano de La Poza (Cervatos).





Es una de las piezas arqueológicas rescatadas de Santa Marina en los últimos años. Apareció en un punto muy concreto donde se registra una aglomeración de materiales cántabros y romanos, con el denominador común de ser piezas con función militar. El lugar parece corresponderse con una de las puertas del castro. Se trata por lo tanto de la evidencia de un enfrentamiento armado. El Castro de Santa Marina pasa a la lista de escenarios de las Guerras Cántabras.


En multitud de ocasiones un mismo paraje concentra el recuerdo del paso de los hombres a través de los milenios. En primer término encontramos dos posibles menhires, también descritos como posibles hitos medievales (hablamos sobre ellos aquí). Al fondo, la elevación del Monte Ornedo en cuyas cimas se asentó una de las mayores "ciudades" de los cántabros prerromanos.



Pugio, puñal característico del legionario romano. Posee un nervio central que confiere firmeza a la hoja. Fue rescatado del yacimiento de Santa Marina y puede conocerse en el Museo de Prehistoria y Arqueología  de Cantabria, al igual que las demás piezas arqueológicas mostradas en el artículo.


Bibliografía consultada: Cántabros, origen de un pueblo, VV.AA, Adic, 2012.

                                   Castros y Castra en Cantabria, VV.AA, Acanto, 2010.
                                    

Más información...El recinto campamental romano de Santa Marina (Valdeolea, Cantabria), Pedro Ángel Fernández Vega, Rafael Bolado del Castillo, Munibe, 2011.


El Arqueositio de Camesa ayer y hoy. Una visión integral desde la dirección del taller de empleo Valdeolea, Pedro Ángel Fernández Vega, Lino Mantecón Callejo, Ayto. Valdeolea, 2012.

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cachos de historia que sin duda merecen ser conocidos, valorados y preservados.

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