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THC 27. Ermita de Santa Justa, Ubiarco

En la ensenada de Ubiarco destaca un hito geológico, un anticlinal. La erosión marina vació su interior de lodos y sedimentos y la peculiar cavidad terminó dando cobijo a una ermita semi-rupestre al borde del mar.

Se cuenta que fue lugar de peregrinación ya en época romana. Contiene las reliquias de las santas Justa y Rufina. El interior puede visitarse cada 19 de julio, día en el que se celebra una romería. La actual edificación debió ser levantada en el siglo XVI. Es en este momento cuando aparecen numerosas referencias documentales civiles y religiosas, bien por su posición en una ensenada, bien por la celebración de romerías. La obra no presenta decoración alguna, limitándose a dos paredes de mampostería ceñidas al anticlinal y un tejado a un agua. Al parecer, antes del siglo XVI la cavidad ya era empleada por ermitaños.
Es una de las estampas costeras emblemáticas de Cantabria, historia y naturaleza concentrándose en un lugar especial.
Volveremos a Ubiarco para conocer la fortificación que la ensenada ve en tiempos de la guerra civil y los vestigios de una centenaria torre ballenera.




15 jun 2013
autor López Campillo

Curiosidades 29. Una ermita masónica

Una ermita del siglo XVII en la que no se reparó en gastos y que actualmente está en riesgo evidente de perderse para siempre. Está asociada a una notable casa-torre (en el mismo estado). El dueño me ha permitido conocer el interior de la ermita a condición de no dar datos sobre su ubicación.

El dueño refiere una serie de historias-leyendas (que la capilla fue escenario de un episodio de la primera guerra carlista, que bajo el suelo del templo hay una cripta, que los únicos símbolos cristianos de todo el templo fueron pintados en tiempos de pestes...). Mejor será contar lo que ven los ojos...

Lo primero que llama la atención es la verja forjada que da acceso a la ermita, en ella aparecen representados siete puñales que convergen en un punto central. Una pequeña nave rectangular con los techos abovedados completamente perdidos da paso al espacio central, bajo una cúpula que se mantiene en pie. Es entonces cuando símbolos, piedras labradas y murales pintados hacen que el visitante comprenda que no está en una ermita "convencional". Preside el templo un lienzo realmente inquietante en el que surge una virgen Dolorosa de ojos cerrados. Tras sus manos entrelazadas convergen las puntas de siete puñales (al parecer los puñales suelen asociarse a esta virgen). Estando representada en la cabecera y en la entrada, resulta curioso que no sea la Dolorosa la advocación de la ermita, sino otra virgen. El lienzo presenta además un motivo sorprendente del que hablaremos en unos días.

La ermita cobijó por un tiempo los restos de un personaje relevante del siglo XVII. En lugar de símbolos cristianos, esconde ojos de la providencia, símbolos solares, medias lunas enfrentadas, una estrella flamígera...resulta evidente que esta capilla de espectacular labra perteneció en algún momento a un miembro de la sociedad masónica.





14 jun 2013
autor López Campillo

THC 18. Ermita rupestre de Cambarco

(nota: el texto resume la información oficial sobre la llamada Ermita rupestre de Cambarco, aparte de comentarios personales sobre su entorno. Es necesario dejar constancia de la existencia de argumentos que ponen en cuestión que la ermita sea tal, y apuntan a su origen y utilización como bodega).

La población lebaniega de Cambarco guarda un raro testimonio de la religiosidad de finales del siglo VIII, principios del IX. A la orilla misma del río Aniezo, ruidoso con el deshielo primaveral, en un paraje que sugiere no haberse visto alterado en siglos, encontramos una cavidad artificial con planta de cruz griega.
La roca en la que se practicó la cavidad es pizarrra, de fácil trabajo, pero propicia para los desplomes. Por esta razón las paredes del covacho fueron reforzadas con muros de sillarejo. Se dispone en tres ábsides con forma de trébol y nave central con tres arcos rebajados que sostienen la estructura de la ermita. El modelo constructivo es paleocristiano oriental o bizantino, dentro de la tradición hispano visigoda.
Sus pequeñas dimensiones hacen suponer su carácter privado, o bien, que perteneció a un convento próximo.
La ermita rupestre de Cambarco nos recuerda un tiempo de razias árabes en la comarca de Liébana , y de gran concentración de conventos y monasterios asentados en estas tierras montañosas protegidas naturalmente de los invasores.



7 jun 2013
autor López Campillo

TCH 12. Ermita de San Román de Moroso, Bostronizo

Escondida en los montes de Bostronizo, en un entorno prácticamente inalterado por el paso de los siglos y la acción humana, a tiro de piedra de un vetusto poblado fortificado cántabro y rodeada de leyendas: hoy toca visitar la Ermita de San Román de Moroso. 

De pequeñas dimensiones y notable altura, sorprenden sus sólidos muros de sillares perfectamente regulares, y su ábside cuadrado. Pudiera remontarse al siglo X, si bien la campa situada al norte de la ermita alberga una necrópolis en la que se desveló la existencia de buen número de tumbas de lajas y sarcófagos, así como una vasija litúrgica visigótica. La primera referencia escrita del templo de San Román de Moroso se remonta a 1.119.

En el interior, la nave queda separada del ábside por un arco triunfal en forma de herradura. La cabecera de la ermita queda orientada al este, quedando el acceso al templo (algo muy poco frecuente) al norte. El acceso repite la forma de herradura, su arco se apoya en dos columnas rematadas en capiteles estriados. La espadaña es un añadido del siglo XVIII.

Modillones característicos del mozárabe sostienen el alero del tejado, con destacadas decoraciones de flores de cuatro, seis y ocho pétalos, círculos y esvásticas.



6 jun 2013
autor López Campillo
Espacio para la divulgación del patrimonio histórico cántabro. Funciona a modo de inventario de "hitos con historia" esparcidos por los valles, montañas y pueblos de la región, entre la prehistoria y la guerra civil: cuevas y abrigos prehistóricos, grabados post-paleolíticos, menhires y túmulos megalíticos, poblados castreños, estelas, campamentos romanos, necrópolis, ermitas rupestres, iglesias, retablos, torres medievales, fortalezas, casonas solariegas, escudos, batanes, ferrerías, molinos de marea y río, hórreos, faros, trincheras, nidos de ametralladora...
cachos de historia que sin duda merecen ser conocidos, valorados y preservados.

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